viernes, 6 de septiembre de 2013

SUELOS SALINOS, SODICOS Y SALINOS-SODICOS

INTRODUCCIÓN


La Salinización es el proceso de acumulación de sales en los suelos con predominio del calcio (Ca) y el magnesio (Mg). En cambio la sodificación o alcalinización se da cuando en el suelo predomina netamente el sodio (Na). Tanto la salinización como la sodificación proceden de orígenes muy diferentes. Estos pueden ser de origen natural o proceder de contaminación antrópica.

La concentración de sales solubles en el suelo se determina mediante la conductividad eléctrica, cuyas unidades de medida son el mmhos/cm y el dS=deciSiemens. Por otra parte, la concentración de sodio en el suelo se mide por la razón de adsorción de sodio (RAS) y mediante el porcentaje de sodio intercambiable (PSI).




Objetivos


1   .    dar a conocer las características de los tipos de suelos salinos ,sódicos y salino-sódicos
2  .    Describir las técnicas de manejo que se utilizan para la recuperación de suelos salinos ,sódicos y salino-sódicos




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    A.   Origen de los suelos salinos ,sódicos y salino -sodicos

El proceso de acumulación de sales en los suelos con predominio del Ca y el Mg se le denomina salinización. Cuando es el Na el que predomina netamente el suelo evoluciona de muy distinta manera, desarrollándose un proceso, con resultados completamente distintos, que es el llamado alcalinización.
Dos son las condiciones necesarias para que se produzca la acumulación de sales en los suelos: aporte de sales y su posible eliminación ha de estar impedida.

Los suelos salino-sódicos se caracterizan por tener un porcentaje de sodio intercambiable (PSI) por encima de 15% y/o una relación de adsorción de sodio (RAS) superior a 13 (mmol l-1)1/2 y una conductividad eléctrica (CE) del extracto de saturación > 4,0 dS m-1 (Salinity Laboratory Staff, 1954; Soil Survey Staff, 1999). Además, el Salinity Laboratory Staff (1954) también señala que el pH de una pasta saturada es comúnmente <8,5 en suelos salinosódicos. Sin embargo, el pH no es un criterio de diagnóstico para sodicidad (Van Beek y Van Breemen,
1973) porque hay suelos salino-sódicos con valores de pH mayores que 8,5.

Las sales, tanto las de Ca, Mg, K como las de Na, proceden de muy diferentes orígenes. En líneas generales, pueden ser de origen natural o proceder de contaminaciones antrópicas.








    ·         Causas naturales


Material original: algunas rocas, fundamentalmente las sedimentarias, contienen sales como minerales constituyentes. Por otra parte, en otros casos ocurre que si bien el material original no contiene estas sales, se pueden producir en el suelo por alteración de los minerales originales de la roca madre.
Sales disueltas en las aguas de escorrentía: se acumulan en las depresiones y al evaporarse la solución se forman acumulaciones salinas. Muchos de los suelos salinos deben su salinidad a esta causa.
Sales a partir de mantos freáticos suficientemente superficiales (normalmente a menos de 3 metros): Los mantos freáticos siempre contienen sales disueltas en mayor o menor proporción y en las regiones áridas estas sales ascienden a través del suelo por capilaridad. En general, la existencia de mantos freáticos superficiales ocurre en las depresiones y tierras bajas, y de aquí la relación entre la salinidad y la topografía.

La contaminación de sales de origen eólico es otra causa de contaminación. El viento en las regiones áridas arrastra gran cantidad de partículas en suspensión,
principalmente carbonatos, sulfatos y cloruros que pueden contribuir en gran medida a la formación de suelos con sales. El enriquecimiento de sales en un suelo se puede producir, en las zonas costeras, por contaminación directa del mar, a partir del nivel freático salino y por la contribución del viento. En algunas ocasiones, la descomposición de los residuos de las plantas, liberan sales que estaban incluidas en sus tejidos y contribuyen de esta manera a aumentar la salinidad del suelo; otras veces las plantas contribuyen a la descomposición de minerales relativamente insolubles y a partir de ellos se forman sales. De cualquier
manera, aunque este efecto ha sido mostrado por varios autores (examinando la salinidad de suelos sin vegetación y suelos con un determinado tipo de vegetación) globalmente este efecto carece de importancia.


    ·         Contaminación antropica
La salinidad del suelo también puede producirse como resultado de un manejo inadecuado por parte del hombre. La agricultura, desde su comienzo, ha provocado situaciones de salinización, cuando las técnicas aplicadas no han sido las correctas. La actividad agraria y especialmente el riego, ha provocado desde tiempos remotos procesos de salinización de diferente gravedad: cuando se han empleado aguas conteniendo sales sin el debido control (acumulándose directamente en los suelos o contaminando los niveles freáticos), o bien cuando se ha producido un descenso del nivel freático regional y la intrusión de capas de agua salinas, situadas en zonas más profundas, como consecuencias de la sobreexplotación.También se ocasionan problemas graves de salinización en superficies de cotas bajas, cuando se realizan transformaciones de riego de áreas situadas en zonas altas y no se ha previsto su influencia en aquellas otras. Directamente por la acción de las aguas de riego, pero también se puede producir por las movilizaciones de tierras que pueden provocar la aparición de rocas salinas en la superficie del terreno que además de contaminar a los suelos in situ provocaran su acumulación en los suelos de las depresiones cercanas por acción de las aguas de escorrentía. El empleo de elevadas cantidades de fertilizantes, especialmente los más solubles, más allá de las necesidades de los cultivos, es otra de las causas que provocan situaciones de altas concentraciones de sales, que contaminan los acuíferos y como consecuencia los suelos que reciben estas aguas.Todas estas situaciones son muy típicas de zonas más o menos áridas sometidas a una actividad agrícola muy intensa, como sucede, en los países tropicales de centro y Suramérica. Finalmente la actividad industrial, en ocasiones, puede acarrear situaciones serias de acumulación de determinadas sales en los suelos situados bajo su zona de influencia por medio de la contaminación atmosférica o mediante las aguas que discurren por su cuenca hidrográfica.


    B.   Efectos de las sales

·         Efectos en la plantas :
Depende de tolerancia de la especie:

Halófitas        à                    Tolerantes a las sales
Glicófitas       à                    Intolerantes a las sales

La sensibilidad de las plantas puede cambiar según su desarrollo fenológico.

-Estrés hídrico (sequía osmótica o sequía fisiológica)
-Toxicidad, debida a la excesiva absorción de Cl y Na (clorosis y alteración en la síntesis de proteínas).
-Desbalance nutricional.

·         Efectos en el suelo:
-Cambios en las propiedades físicas (infiltración, compacidad) (para suelos sódicos)
-Disminución de microorganismos aeróbicos






     C.   Manejo de suelos salinos ,sódicos y salinos-sódicos

Existen distintas técnicas disponibles para recuperar o rehabilitar suelos salinos y
sódicos. Estas técnicas difieren en cuanto a su grado de efectividad y deben ser
puestas a prueba en cada situación. Existen diferentes técnicas de manejo, que
difieren según los objetivos. Los principios básicos que guían a la mayoría de ellas
son:

    ·         Lavado de sales del perfil del suelo

Para la recuperación de suelos salinos es necesario el lavado de las sales, mediante el cual, o son transportadas a horizontes más profundos de los explorados por las raíces de las plantas, o son evacuadas a otras zonas, por medio de drenes. Las zonas receptoras no deben ser sensibles a la contaminación originada.

 El manejo del suelo, para la eliminación de las sales, se realiza de distinta manera y con resultados diferentes según que el problema tóxico sean las sales solubles o el sodio en el complejo de cambio (carbonato y bicarbonato sódicos).

En el primer caso su planteamiento es muy sencillo y su realización práctica también es relativamente fácil, en general, pero si el problema de toxicidad lo representan las sales alcalinas de sodio el problema es más complejo y los resultados son aún más problemáticos.
Para eliminar las sales solubles, basta con regar abundantemente con lo que se
produce el lavado de las sales que no se habría producido por causa de la aridez.

El tipo de sales presentes va a condicionar las posibilidades de recuperación:
Para los cloruros sódicos el lavado es relativamente fácil en suelos con yeso, en los que el Ca2+ que se libera no permite que el Na+ pase a forma intercambiable.

La eliminación del cloruro magnésico y del sulfato magnésico del suelo es difícil, ya que el magnesio, debido a su alta densidad de carga tiende a ocupar las posiciones de intercambio, desplazando a los iones monovalentes durante el lavado; por lo que su lavado requeriría enmiendas cálcicas.

Para conseguir el lavado en suelos de secano, se debe preparar el terreno, para
asegurar una infiltración del agua de lluvia lo más elevada posible. Esto se conseguirá mejorando las propiedades físicas del suelo, incrementando el tiempo de contacto del agua de lluvia con su superficie, mediante la construcción de terrazas, y disminuyendo o eliminando la escorrentía con labores adecuadas y manteniendo una cobertura vegetal.



    ·         Mantener un alto contenido de agua en la zona radicular

En diferentes países de Latinoamérica como en argentina, han implementado técnicas en el manejo de suelos salinos y sódicos tendientes a aflojar el suelo para revertir la compatación existente, incrementar el ingreso de agua y crear una discontinuidad capilar entre la napa freática y la superficie, mantener la cobertura vegetal existente para evitar la salinización en la superficie, crear microrelieves para evitar el detenimiento y facilitar la entrada de agua al suelo.

Otra técnica para el manejo de estos suelos es la adaptación de las maquinarias para la labranza tales como el arado de rejas.



    ·         Implementación del drenaje superficial o subterráneo

En la preparación del suelo, se debe conseguir que el movimiento del agua, tanto en profundidad como en superficie, sea lo más uniforme posible, facilitando el drenaje y el desagüe, con labores que eliminen la suela de arado y actúen sobre los límites abruptos entre horizontes. Con un riego de presiembra, capaz de lavar las sales precipitadas en la estación seca, se dispondrá de un perfil de partida menos salino. Se evitará la formación de costra superficial, frecuente en estos suelos de elevada concentración de sales y con efectos negativos sobre la nascencia de las plantas. La práctica de la siembra directa disminuye o evita la formación de costra y conserva un cierto grado de humedad en la superficie del suelo.

      ·         Cambiar el método de riego

El riego afecta directamente a las condiciones salinas y no solamente por la calidad del agua. La técnica de riego empleada influye en la variación del potencial hídrico del suelo, encontrándose las fluctuaciones más amplias en los sistemas de gravedad (por inundación) y de aspersión y manteniéndose casi constante este potencial en los riegos de alta frecuencia (aspersión y goteo). Igualmente estos sistemas inciden en los contenidos de humedad del suelo y como consecuencia en la variación de la concentración de sales, de la solución del mismo. Los riegos de alta frecuencia y localizados, mantendrán esta concentración casi uniforme dentro de la zona mojada, pero será elevada en los límites de ésta. La distribución de sales será más uniforme en los de gravedad y aspersión, pero a medida que los intervalos entre riegos aumentan, las variaciones en el contenido de humedad lo harán también y como resultado la concentración de sales, encontrándose las conductividades menores, inmediatamente después del riego y las mayores al final de cada intervalo. El lavado de sales será mayor con los riegos de gravedad y aspersión y menor en los localizados. A medida que la eficacia del riego calculada para compensar solamente la evapotranspiración, sea más alta, los lavados de sales serán menores, lo cual, tendrá su incidencia en los rendimientos. Esta consideración ha de tenerse en cuenta cuando se utilice la técnica de riegos deficitarios.

     ·         Ajustar las técnicas de siembra en varios sistemas de cultivo

Las técnicas de cultivo influyen positiva o negativamente sobre las condiciones
salinas. La incorporación de fertilizantes pueden elevar el contenido de ciertas sales, como sucede con las derivadas del potasio o nitratos o facilitar el lavado, al favorecer los procesos de intercambio.
La siembra debe de realizarse de tal manera que se consiga una buena germinación y nascencia. Para ello la semilla debe estar localizada en zonas donde la concentración de sales sea lo más baja posible y disponga de la humedad suficiente. Si el riego se hace por surcos, el lugar recomendable de colocación de la semilla (o plantones) es en la mitad del lomo. La previsible disminución del porcentaje de germinación que ocasiona la concentración de sales, se puede paliar aumentando la dosis de siembra.

       ·         Utilización de mulch artificial en peladares, también "cicatrización"

Los sectores carentes de vegetación son los más críticos en cuanto a posibilidades de recuperación. En ellos es necesario realizar la cobertura de la superficie del suelo con rastrojo o paja de cualquier origen, para lograr un mulch que la proteja. Previamente puede realizarse alguna tarea de remoción que favorezca la infiltración y el lavado de sales. Se puede emplear cualquier material sobre el terreno, que tenga un efecto de &laqno;mulching manteniendo la humedad de los horizontes superficiales y los niveles de concentración de las sales, dentro de valores aceptables por las plantas seleccionadas. Tal sucede con los enarenados, que consiguen bajar los porcentajes de reducción de cosecha, para cultivos sensibles a determinados niveles de conductividades del extracto de saturación, o del agua empleada en el riego.




     D.   Indicadores de eficiencia de las técnicas de manejo

Para conocer la medida del cambio debe recurrirse a indicadores o verificadores de éxito que muestren las diferencias con plan/antes plan. Algunos de ellos se sugieren a continuación:


1. Profundidad de la napa
2. Tenores de salinidad y sodicidad
3. Condición fisicoquímica
4. Estabilidad estructural
5. Calidad de la nutrición edáfica
6. Distribución estacional de la biomasa
7. Productividad primaria aérea de las especies forrajeras dominantes
8. Broza: calidad y espesor
9. Variables estructurales de las especies (cobertura y altura)
10. Índices de diversidad, equitatividad y predominio de especies
11. Modelos de crecimiento de las especies
12. Carga animal
13. Productividad del sistema





conclusión

Para que se puedan formar los suelos salinos y sódicos se necesitan una serie de
condiciones muy particulares y de ellas las más favorables son:

• Roca madre sedimentaria con alto contenido en sales solubles.
• Partes bajas del relieve, como los fondos de valle y las depresiones (manto
freático cercano a la superficie, zonas de recepción de aguas de escorrentía
superficial e hipodérmica, suelos de texturas finas con mal drenaje).
• Zonas próximas al mar o a lagos salados.
• Malas condiciones de drenaje.
• Clima árido (además de escasez de precipitaciones, la red fluvial esta poco
desarrollada, presentándose frecuentes cuencas endorreicas, en las que se
irán acumulando las sales).

• Riegos con sales y fertilizaciones excesivas.

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